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Historia de Villapalacios. Temas.
El hospital de Santa Úrsula de Villapalacios
El edificio, que albergaba una de las primeras ermitas de la población, funcionó entre los siglos XV y XVII. Estaba regentado por monjes, posiblemente franciscanos, y contó con el apoyo de los condes de Paredes. Su recuerdo se mantiene en la toponomía de la localidad.
Por José Ángel Montañés Bermúdez. Publicado el 23 de julio de 2025
Miniatura del Códice 2470 de la Biblioteca Laurenciana de Florencia, con escenas de un hospital italiano del siglo XV.
El hospital dedicado a Santa Úrsula de Villapalacios es uno de edificios que ha desaparecido con el paso de los siglos; algo que, quizá, tenga que ver con el hecho de que las primeras noticias que tenemos de é, siempre hacen referencia a su mal estado y deterioro. El hospital estaba dedicado a Santa Úrsula, una joven que murió martirizada en Colonia, actual Alemania, en compañía de un grupo de doncellas, en el siglo IV, cuyo culto se extendió por toda Europa. (1)
La ermita de Santa Úrsula que estaba junto al hospital era una de las cinco con las que contaba Villapalacios o sus alrededores desde finales del siglo XV, junto con San Blas, San Cristóbal, San Antón (cerca del río Mesta) y San Miguel, dentro de la fortaleza-castillo. Y a las cinco acudían los vecinos en procesión o romería y rezaban a su advocación varias veces al año, según se puede leer en los votos que establecieron los vecinos con algunos de los santos a los que rezaban y honraba con el fin de evitar enfermedades y epidemias y conseguir buenas cosechas. En el caso de la ermita de Santa Úrsula, los vecinos de Villapalacios cada 21 de octubre, día de esta santa, «van al ospital que es su ermita a decir bisperas y a otro dia misa cantada, dexose algunos años por no estar la ermita como había de estar». (2)
Sabemos que el edificio estuvo en funcionamiento, al menos, desde finales del siglo XV, porque en 1501 este lugar ya recibió algunas donaciones testamentarias por parte de miembros de la familia de los Manrique de Lara, posiblemente los promotores del hospital, como se verá.
Santa Úrsula con las once mil vírgenes, del Maestro de las Once Mil Vírgenes.
/ FOTO DEL MUSEO DEL PRADO, MADRID.
El hospital de Santa Úrsula era, como todos estos lugares en este momento, un lugar en el que se atendían a pobres de solemnidad, lisiados y marginados como huérfanos, prostitutas y expósitos o vagabundos, un lugar donde los viajeros que pasaban por estas tierras encontraban cobijo provisional o donde los moribundos pasaban sus últimos momentos.
En estos momentos los enfermos no iban al hospital a que los curaran, sino que médicos y sanadores los visitaban en sus casas. Las personas que acudían a estos hospitales iban a alimentarse durante algún tiempo, a vestirse o a morir, directamente.
Las Cortes de Castilla determinaron en 1525 que «haya un hospital en cada pueblo», en el que casi siempre existía una enfermería, una capilla y un cementerio anexo. Eran lugares pequeños, con pocas camas y regentados por religiosos, por lo que eran hospitales mendicantes. No conocemos de qué orden eran los frailes que se ocupaban del hospital de Villapalacios, pero dadas las vinculaciones con la orden franciscana de la familia Manrique; sobre todo con el convento franciscano que fundó Pedro Manrique, II Conde de Paredes, en 1477 a la afueras de Villaverde (como había hecho su abuelo, el Adelantado de León, en Paredes de Nava), no es de extrañar que fueran monjes de la orden seráfica:
A la parte de poniente, como à distancia de 200 passos, y entre dos sierras, un Monasterio para la Orden Seráfica ... pero no tuvo la suerte de ver perfecta la obra, y assi despues de su muerte entraron en aquella Casa los Religiosos Franciscos de la Provincia de Cartagena el año 1489 y con la advocacion de N. Señora de Corpus Christi, es el decimo tercio Monasterio de aquella Provincia, como lo escrive el Padre Gonçaga (Crónica de San Francisco 3, p. f. 971)... Y este es el mismo Convento que reedifico D. Luis Manrique su nieto, Capellan Mayor de Felipe II, como diremos en su lugar...
La presencia de monjes franciscanos en Villapalacios es constante, según la documentación; sobre todo vinculada a la familia de los condes de Paredes. No sería extraño que fueran ellos los responsables del hospital de Santa Úrsula.
Mapa de Villapalacios con la situación aproximada del hospital de santa Úrsula. / ELABORACIÓN PROPIA
¿Dónde estaba ubicado el hospital?
No sabemos el punto exacto donde estaba ubicado este edificio, pero varios documentos los sitúan al final de la calle Palacio, junto al castillo-fortaleza de San Miguel, cerca del límite del núcleo habitado entonces. En el callejero de Villapalacios existe, en esa zona, una «calle Hospital», recuerdo, sin duda, de aquel lugar, que en épocas anteriores se denominada «cuesta del Hospital» por ser una via de salida del casco urbano inclinada.
Son muchos los datos que nos hablan de la vinculación de los Manrique y los Condes de Paredes, con este hospital: en 1501 doña Leonor de Acuña, II Condesa de Paredes, deja en su testamento recursos y legados, 5.000 maravedís, en forma de bienes al hospital, incidiendo en el mal estado del edificio:
Al Hospital de Señora Santa Ursola, de la dicha Villa de Villa-Palacios 5.000 mrs, para que le compren alguna renta, para el reparo de la Casa: è assimismo le mandamos su cama la pequeña, en que ay quatro colchones, los dos blancos, è los dos azules, è un par de sabanas, è su manta, è colcha, è almohadas, è cama, è dos calderas, la una grande de las de Murcia, è la otra pequeña. (3)
Lo mismo hace en 1509 doña Isabel Fajardo, la III Condesa, que dobla la cantidad a 10.000 maravedís:
Mando al Hospital de la Villa de Villa-Palacios, que es de Santa Ursula, 10.000 mrs. para la obra del dicho Hospital, y sea principal el reparo de las camaras donde están los pobres, y duermen, y mas lo otro que mas necessario fuere repararse. Iten, mas le mando à este dicho Hospital de Santa Ursula, una cama, en esta manera: tres colchones de los de mi cama, de los mas nuevos, y uno de lino, con su lana, llenos, y su colcha de bretaña, y su manta, flazada, una de las que en mi casa oviere, de las mas nuevas blanca, con las quatro sabanas de lino delgado, y quatro almohadas de nabal, llenas, con su lana: la qual cama mando que sea para los Religiosos de todas las Ordenes que alli hubiere, y Clerigos, ò qualquier otra persona honrada: y que si las tales personas en el Hospital adolescieren, todos los dias que en él estovieren estèn en ella, porque es mi voluntad que para ello sea. (4)
Y doña Juana Manrique, una de los hijas del III Conde con importantes recursos tras casarse con el conquistador del Perú, Jerónimo de Aliaga, dejó en sus últimas voluntades redactadas en 1588 que:
Yten por quien muchas partes de la sagrada Escritura Dios Nuestro Señor nos encomendo los pobres mui encarezidamente diziendo que lo que hizieremos por el mas minimo dellos lo hazemos por su diuina magestad y espezialmente se deue tener cuidado de que los pobres que andan mendicando y peregrinando, tengan donde se albergar y rrecoxer y por hazer seruizio a nuestro Señor Dios y que los reziua en desquento y parte de penitenzia de mis graues pecados quiero y mando, que se den de mis uienes al hospital deesta villa, quatro ducados de renta en cada un año perpetuamente para auida a curar los pobres, y comprar ropa, los quales se gasten con parezer deel dicho cura.
Y encargó a los dos capellanes de sus capellanías «que tengan en quenta visitar el dicho hospital y sauer como se gasta la dicha limosna». (5)
Por muy mal que estuviera el hospital este edificio siguió abierto y en uso varios siglos más:
En 1627 murió allí Francisco Garcia. Agradecido dejó en su testamento «un ducado para obra del hospital». Felipe Martínez enterrado el 22 de abril de 1628 reparte varios legados: 20 ducados, para ayudar a dorar el altar de nuestra señora del Rosario, 10 para la ermita de San Cristóbal, cinco para reparar la ermita de San Antón y tres para reparar el hospital de esta villa. El 5 de mayo de 1628 Andrés Galdón deja seis reales de vellón de limosna al hospital y en 1642 Andrés Martínez 11 reales, según se puede leer en los libros de enterramientos de la iglesia de San Sebastián de esos años.
Cerca de donde es ubica este hospital, junto a la cueva relacionada con el castillo de San Miguel, existió lo que en Villapalacios se conocía como «la casa para los pobres» hasta fechas recientes. Cuando esta zona se urbanizó y aplanó para hacer el parque infantil aparecieron un gran número de restos de huesos humanos enterrados, que siempre se han relacionado con este hecho, y podría ser el pequeño cementerio que siempre se asocia a estos hospitales. Aunque no tenemos datos que lo pueda corroboran y podrían ser por otras circunstancias, como enterrados tras sufrir Vilapalacios los efectos de epidemias. Como el colera que acabo en 1854 y 1855 con la vida de más de un centenar de vecinos (87 en agosto de 1855), a los cuales no se les podía dar entierro ordinario por peligro de contagio.
Asistentes al paseo llevado a cabo en Villapalacios en agosto de 2023 por cinco edificios desaparecidos, entre ellos el hospital de Santa Úrsula. / FOTO DE ISMAEL MONTAÑÉS.
¿Por qué Santa Úrsula?
El nombre del hospital tiene que ver, quizá, con el hecho de que en Villapalacios se hayan conservado, hasta hace muy pocos, restos de una de las 11.000 vírgenes que fallecieron con esta santa martir. En concreto una de las cabezas de las jóvenes que murieron con Santa Úrsula, una joven alemana de Colonia que, según una leyenda medieval, fue asesinada en el 541, junto con un grupo de mujeres, por los soldados de Atila, rey de los hunos. Tras descubrirse sus restos en el siglo XII se extendió su culto y sus reliquias se repartieron por toda la Europa cristiana, siendo una de las santas más populares.
En las respuestas que los vecinos dieron en octubre de 1578 a las famosas Relaciones Topográficas de Felipe II, dijeron:
Bernardino Manrique, deán de Granada, trajo a esta villa de Flandes y de esas partes una cabeza que dijo ser de una de las once mil vírgenes que padecieron con santa Úrsula y está puesta en el relicario donde está el Santo Sacramento. (6)
Bernardino Manrique fue uno de los hijos del III Conde de Paredes, Rodrigo Manrique y su segunda mujer, la villapalacense Ana de Jaén. Según su biografía, fue colegial del Mayor de San Ildefonso, capellán mayor de Carlos V en la Capilla Real de Granada y deán de aquella iglesia. No se conocen la gan mayoría de datos de su dilatada vida y si estuvo en Flandes, como dicen sus convecinos, pero por la cercanía de su familia con el emperador tendría fácil visitar la corte y participar en muchos de los acontecimientos que allise vivieron.
Se le puede situar en Villapalacios en septiembre de 1548, enero de 1549, abril y agosto de 1555, enero de 1557 y enero de 1559 por participar en el bautizo de media docena de niños de la villa como padrino, estando acompañado de su hermana doña Juana Manrique o de su cuñada Catalina López, pareja de su hermanastro Rodrigo Manrique. Y en alguno de ellos el sacerdote que bautiza es Luis Manrique, otro de sus hermanastros. Sabemos tambien que 1590 su hermana doña Juana Manrique lo nombra capellán de la capilla de Nuestra Señora de la Encarnación que mandó construir en su testamento. (7)
El dato proporcionado en 1578 de la presencia de reliquias de un de estas doncellas compañeras de Santa Úrsula lo corroboró Ismael Gallego, cuando, durante una entrevista en laque recordaba sus vivencias en la iglesia durante décadas por ser sacristán dijo: «Encima de uno de los altares, quizá en el de la Virgen del Rosario, no recuerdo bien cuál, había una urna de plata con reliquias de una de las once mil Vírgenes», confirmando, de forma inesperada, lo que dijeron sus paisanos que habían visto en la iglesia 426 años antes. (8)
Unos restos que, lamentablemente, se perdieron durante los primeros días de la Guerra Civil en 1936.
Interior de la iglesia de San Sebastián de Villapalacios en 1928, antes de la destrucción de imágenes durante la guerra civil. Detrás de la imagen de San Sebastián, se pueden ver dos dos de los altares originales, uno de ellos dedicado a Jesucristo bendiciendo, según la imagen, hoy desaparecida. Sobre las mesas de los altares pueden verse un buen número de candelabros, cuadros y objetos litúrgicos y de devoción de los de Villapalacios. Quizá, entre todos ellos, estaba la urna con los restos de una de las 11.000 vírgenes que acompañaron a Santa Úrsula y que trajo Bernardino Manrique desde Flandes. / FOTO JAIME BELDA SALLER.
El hospital, el Santo Cristo de la Veracruz y el juego de La Taza
El auge de la devoción a la Pasión de Cristo aparece en España en el siglo XV de la mano de monjes franciscanos guardianes de Tierra Santa. Primero en sus monasterios y luego en lugares vinculados con ellos, como hospitales, capillas y ermitas.
La presencia de monjes franciscanos en Villapalacios posiblemente esté relacionada con la presencia de la hermandad del Santo Cristo de la Vera Cruz, que venera a Cristo en la Cruz, patrón de Villapalacios, una de las mayores manifestaciones de fervor religioso de esta localidad. .
Se trata de una hermandad con recursos gracias a sus posesiones, como varios terrenos; entre ellos, uno de 12 fanegas de tierra (77.500 metros cuadrados) en el sitio de los Corrales de Castilla, un lugar situado entre el camino de Cardos y Royo Sequillo.
Esta riqueza le podría venir también por administrar las ganancias de una de las tradiciones más genuinas de nuestro pueblo: el juego de La Taza, que no podemos olvidar que se juega solo en honor del Santo Cristo y junto a los muros y los contrafuertes de esta iglesia.
En la cercana localidad de Cózar, Ciudad Real, el segundo de los tres pueblos en España donde se practica este juego, donde se denomina Las Tacillas (el tercero es Las Bolas de La Zarza de Montánchez, Badajoz, siempre en relación con la festividad del Santo Cristo, del 14 de septiembre, los beneficios, sea con la subasta o de la práctica del juego, los administra la hermandad; algo que en villapalacios se ha perdido, pero que deja clara esta vinculación inesperada.
NOTAS:
1.- El hospital de Santa Úrsula fue uno de los edificios que se ‘visitaron’ el pasado 18 de agosto de 2023 durante un paseo por cinco edificios desaparecidos de Villapalacios, junto con el castillo de San Miguel, el ‘palacio’ de los Condes de Paredes, el horno del concejo de la calle de los Charcos y la capilla de la Encarnación de la iglesia de San Sebastián. Un recorrido que fue todo un éxito, ya que fue seguido por más de 130 personas; vecinos y familiares de Villapalacios.
2.- Archivo Diocesano de Albacete (ADA), Anotaciones con los votos… Libro de bautismos de Villapalacios I, (1548-1568), f. 1 y 1.
3.- Testamento de Doña Leonor de Acuña, II Condesa de Paredes, que está en el Archivo de aquella casa, Villapalacios, 1 de octubre de 1501, en Salazar y Castro, 1694, IV, pp. 420- 424.
4.- Testamento de Doña Isabel Fajardo Chacón, III Condesa de Paredes, que saqué de copia antigua del Archivo de aquella Casa, Salazar y Castro, 1694, IV, pp. 435-438.
5.- Testamento de doña Juana Manrique de Lara, 15 de noviembre de 1588.
6.- MONTAÑÉS, José Ángel, Reliquias de una de las 11.000 vírgenes de Santa Úrsula, en la web HdeV, 18 de diciembre de 2021.
7.- Libro de bautismos de Villapalacios I (1548-1568), sin foliar, ADA.
8.- Entrevista a Ismael Gallego Ródenas, Villapalacios, 14 de marzo de 2004.