Historia de Villapalacios. Temas

El trabajo del mimbre y la oportunidad de tener un primer sueldo para las mujeres de Villapalacios

 

En 1969 se impartió en la localidad el primer curso de Promoción Profesional Obrera, los famosos PPO, impulsados por el régimen para obtener mano de obra cualificada

 

 

Por José Ángel Montañés, 11 de marzo de 2023 (actualizado el 18 de marzo 2023)

 

 

 

 

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El grupo de mujeres que participó en 1969 en el primer curso de manipulación de mimbre y médula, que se celebró en el Hogar Juvenil de Villapalacios (Albacete). En la fila de arriba, de izquierda a derecha: Soledad López, Maria Medina, Mari Auñón (de Pedro Juan), Piedad Molina, Joaquina y Soledad Marín. En la fila del centro: Laura, Elisa Marín, Angelita (de Arcadio), Mari Llanos (hermana de Toñín el fotógrafo), Rosi Montano, Carmen y Loles (hermana de Juanjo). En primera fila, Rosa Mari y Mari Carmen Medina. Casi todas cogen los trabajos que tenían entre manos en ese momento. Se pueden ver cestos, espejos, bandejas y paneras colgadas de las paredes y varios cestos ya acabados sobre la mesa. / FOTO ARCHIVO MARIA MEDINA MONTAÑÉS.

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Una segunda foto del grupo del curso de 1969. En la fila de arriba, de izquierda a derecha: Elpidia (que no salía en la foto publicada más arriba), Maria Carmen Medina, Joaquina, Soledad Marín, Mari Auñón (de Pedro Juan), Rosa Mari, Soledad López, Elisa Marín, Laura, Rosi Montano, Angelita (de Arcadio), Loles (hermana de Juanjo). En la fila de abajo: Carmen, Piedad Molina, María Medina, el profesor, ‘el señor Moreno’, y Mari Llanos (hermana de Toñín). / FOTO ARCHIVO MARI AUÑÓN.

 

 

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Los cursos del trabajo y manipulación del mimbre y la médula para hacer objetos como espejos, cestos, bandejas, paneras, costureros, fruteros y un largo etcétera, fue la primera oportunidad para que las mujeres de Villapalacios tuvieran un trabajo remunerado en esta localidad.

En esta semana que se ha celebrado el Día de la Mujer (antes trabajadora), es bueno recordar a un buen número de mujeres de Villapalacios que intentaron hacerse con una formación para ayudar en la economía familiar. Es, con seguridad, la primera oportunidad que tuvieron muchas de aspirar a un trabajo remunerado y una consideración social que iba más allá del poco agraciado comentario que hasta ese momento figuraba en sus DNI como respuesta a la pregunta: ¿Profesión?: "la de su sexo", en referencia a las labores que tenían que ver con el hogar que se asociaban solo a ellas.

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Impartidos por la Dirección General de Promoción Social del Ministerio de Trabajo del régimen franquista, estos cursos en el que se enseñaba a dar forma a la fibra vegetal, pero también, a cocinar o corte y confección, de forma profesional, fueron conocidos popularmente como los PPO, las siglas de Promoción Profesional Obrera. Nacieron con el objetivo de conectar las necesidades de cualificación de la población con los Planes de Desarrollo Económico y Social, para reconvertir trabajadores del sector primario en trabajadores para la industria y de los servicios, sobre todo para el turismo que ya comenzaba a ser un sector en alza.

El primer curso de trabajo del mimbre se impartió en Villapalacios en 1969, cuando llevaban ya tres años en funcionamiento en los territorios que luego fueron Castilla-La Mancha. (1)

El Ayuntamiento de Villapalacios, con Federico Cabezuelo Fernández a la cabeza desde el año 1966, vio en estos cursos una oportunidad, como quedó escrito en ese mismo año:

Una aspiración de índole eminentemente social es la preocupación que desde hace tiempo siente esta corporación por crear puestos de trabajo para la población obrera. De ahí las innumerables gestiones realizadas cerca de la gerencia del PPO, servicios de concentración parcelaria y ordenación rural, oficina de extensión agraria, etcétera.

El primer fruto de esta tarea ya ha sido logrado. En la actualidad se lleva a cabo un curso organizado por el PPO de manipulación de mimbre y médula. En el que toman parte 30 mujeres, más 40 que han solicitado de este ayuntamiento la celebración de un segundo curso que de conseguirse serían 70 los puestos de trabajo creados.

Estas mujeres que podrían ganarse su jornal sin salir de la localidad ya no tendrán que pensar en marcharse con toda su familia a vivir a otros lugares de la geografía peninsular ni tampoco en iniciar el éxodo veraniego hacia los hoteles de Palma de Mallorca, Alicante y otras ciudades preferidas por el turismo.

Nuestro deseo se vería colmado si las puertas de nuestro pueblo quedarán abiertas con ocupación suficiente para todas aquellas familias hombres y mujeres que siendo naturales de aquí tuvieran que emigrar a otras provincias o al extranjero en busca de un trabajo que aquí no se les podría ofrecer”. (2)

Aunque posiblemente no fueron tantas; según el alcalde, don Federico, fueron 30 las mujeres que se apuntaron al primer curso y ya había otras 40 apuntadas para el segundo. Para los mandatarios del municipio era una clara oportunidad para frenar la emigración, aunque fuera estacional, que ya había llevado a muchos de los de Villapalacios a dejar sus casas en busca de una vida mejor en lugares como Mallorca, Alicante, Barcelona o el País Vasco, entre otros muchos destinos.

 

 

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Otro grupo de mujeres que participó en los cursos de manipulación de mimbre y médula, quizá el de 1970 o 1971. En el centro de la imagen aparece el profesor, el señor Moreno. Sin ordenar, cuando la fotografía fue publicada en el grupo de Facebook, Del Hoyón al Hueco y del Ciento a Matacenillas, el 17 de marzo de 2020, las participantes fueron identificadas como: Elena Cuarenta, Lola (de Pedro Manuel), Chelo (de Solares), Alborada Bermúdez, Salvadora, Olvido, Manola, Cándida, Amelia (la de Yeyo), Rosa Amador, Francisca, Laura, Tomasa (o Mari Luz). En la pizarra de atrás, del Hogar Juvenil donde se impartían los cursos, se puede leer: CAMARA AZUFR... Se refiere a uno de los puntos del programa teórico que se impartía: Preparación de cámara azufrera, según se puede ver en el carné otorgado a Maria Medina (más abajo), cuando acabó el primer curso en 1969.

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Los cursos tuvieron continuidad, como se puede leer al año siguiente de 1970 en la Memoria anual que se enviaba a las autoridades provinciales y del régimen dando cuenta de los avances conseguidos en el pueblo:


En esta localidad se han realizado cursos de manipulación de mimbre, que han obtenido muy buenos resultados, pues como consecuencia de ello, actualmente trabaja en estas manipulaciones unas 30 mujeres, y por ello nos permitimos sugerir la conveniencia de que se organizará en este pueblo un curso referente al manejo de maquinaria agrícola, ya que se da la circunstancia de que existen obreros parados y, por otro lado, tractores, así mismo parados por falta de gente que los lleve y que sepa conducirlos, por lo que al organizar en un curso de tractorista se conseguirá resolver esta doble problema.

También sería aconsejable la organización de cursos a nivel comarcal para fontaneros y albañiles ya que prácticamente se carece de gente especializada en estos trabajos, a los que podrán asistir tres, cuatro o cinco alumnos de cada pueblo. (3)

En la Memoria de 1971 se dice que se ya ha habido un segundo curso y que ya se han formado unas 60 mujeres, “en su mayoría jóvenes, con el fin de crear puestos de trabajo, trabajando actualmente 20 jóvenes en esta actividad y en esta localidad” (4). En la de 1972 se copia literalmente lo que se escribió en la de 1970 (5).

Los cursos de manipulación de mimbre se impartían en el Hogar Juvenil; un local alquilado en el primer piso de la vivienda propiedad de Desiderio Muñoz Montano, situada en la esquina de las actuales calles Quevedo y Cristóbal Colón; un edificio que hasta finales de 1957 acogió el cine Maria Cristina, el primero (luego hubo otro con el mismo nombre en la actual calle Cine), que dejó de funcionar tras el aparatoso accidente de la noche del día 21 de diciembre, que casi lo destruye. (6)

 

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El edificio construido a finales de los años cuarenta para acoger el cine Maria Cristina, en la calle Quevedo esquina Colón, de Villapalacios, y que, a partir de 1961 acogió el Hogar Juvenil, del Frente de Juventudes, rama juvenil de Falange Española, en el piso superior, tras alquilarlo por 200 pesetas mensuales al dueño, Desiderio Muñoz. / FOTOS DE JOSÉ VICENTE PRETEL

 

El local del Hogar Juvenil, del Frente de Juventudes, sección juvenil de la Falange Española, al que se accedía por una empinada escalera, lo inauguró el 20 de octubre de 1961, el gobernador civil de la provincia Santiago Guillén Moreno (7). En esa visita se inauguró también el nuevo cuartel de la guardia civil, situado a las afueras del pueblo, la nueva biblioteca municipal (8)  y la pavimentación de cinco calles del pueblo. (9)

El Hogar Juvenil fue creado por acuerdo municipal el 26 de agosto de 1961 con ayuda económica de una subvención concedida por la Junta Provincial del Paro de Albacete de 15.000 pesetas; de las que se emplearon 8.000 para pagar jornales y 7.000 para comprar los materiales. (10)

Por el alquiler de este espacio el Ayuntamiento pagaba a Desiderio Muñoz 200 pesetas mensuales. Además, los meses en los que se impartían allí estos cursos de trabajo y manipulación del mimbre se le pagaban 100 pesetas más. En febrero de 1970 Muñoz solicitó “un aumento del arrendamiento del local dedicado a hogar del frente de juventudes durante los meses en que sea empleado además para dar cursos del PPO”. Pero el consistorio lo denegó “examinando el contrato que en su día se suscribió con el dicho señor”. (11)

 

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Carné expedido a favor de María Medina Montañés, el 14 de agosto de 1969, tras finalizar el curso del PPO de Manipulador del mimbre, que se impartió por primera vez en el Hogar Juvenil de Villapalacios. María tenía en ese momento 23 años. En la parte de la derecha se pueden ver las diferentes materias que se impartieron en el curso. / PROPIEDAD DE MARIA MEDINA MONTAÑÉS.

 

María Medina Montañés, nació en 1945 en Villapalacios y participó en el primer curso que se impartió allí. Recuerda que las clases eran por las tardes; aunque no todos los días y las impartía “el señor Moreno, que venía de Albacete. Un hombre de unos 50 años muy agradable y simpático.

“Como en las casas no había agua íbamos con las gavillas de mimbre y lo metíamos en el pilón de la plaza, para que se remojara y así poder trabajarlo; pero no cuánto tiempo estaba allí”, explica.

Maria conserva el carné de tapas rojas que le dieron al finalizar el curso en 14 de agosto de 1969 en el que se puede leer que “ha realizado con aprovechamiento el curso de manipulador de mimbre habiendo superado las pruebas y exámenes del mismo”.

Escrito a máquina también se pueden leer el contenido y las materias del curso:

Selección del mimbre
Preparación de cámaras azufradoras
Confección cestos australianos y de tapa
Confección de papeleras
Confección de cabas de tireta [quizá traducido del catalán cabàs, capazo]
Confección de la cesta de randa y rectangular
Confección de fruteros ovalados y redondos
Confección de cestas de pescador
Confección de la cesta con ruedas
Confección de cesta con mimbre hueco
Confección de la bandeja de papeles
Confección de la panera granadina.
Seguridad e higiene
Y cultura complementaria correspondiente  

 

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Tapas rojas del carné de Maria Medina Montañés, en la que se pueden ver que estaban incluidos dentro del programa de Promoción Profesional Obrera, PPO, del Ministerio de Trabajo, y última página en la que se puede ver la fecha de expedición, el 14 de agosto de 1969. / PROPIEDAD DE MARIA MEDINA MONTAÑÉS.

 


Lo que fabricaban no era para la venta, solo eran ejercicios de práctica para aprender a hacer diferentes formas y técnicas; en las que había otras formas como espejos y enormes bandejas para recoger la ropa limpia o cestos de muchas formas. “No todas hacíamos lo mismo, cada una hacía cosas diferentes. Yo todo lo que hice me lo llevé a mi casa”. En su casa de L’Alcúdia de Crespins, Valencia, donde se trasladó a vivir “al día siguiente de casarme”, con Sabio López, su novio de toda la vida, conserva “un enorme ropero”, que preside la sala donde pasan muchas de las horas del día.

En una foto (la que abre este artículo, inédita hasta ahora) se ve al grupo del curso de 1969 en la que aparece María y sus compañeras, junto al profesor Moreno. En otra de las fotografías conocidas, quizá del curso posterior de 1970 o 1971, se ve otro grupo de mujeres: “Al principio nos apuntamos las jóvenes, pero luego mujeres de más edad”, recuerda María.

Lo que hacían durante el curso no se vendía, pero sirvió para que, al menos en una ocasión, se mostrara a todo el mundo. Fue en la vecina ciudad de Alcaraz, posiblemente durante los días de feria de septiembre. En una foto que conserva María se la ve a ella vestida de manchega serrana junto Soledad Marín, una de sus compañeras de curso. Están en el puesto que montó Villapalacios en los soportales de la plaza mayor de esta ciudad, para mostrar el resultado de estos cursos. En la imagen se ven varios cestos y costureros y las aspas de un molino realizado también de mimbre, junto a una perdiz disecada.

En otra de las fotos, se ve a Soledad en la parada en la que se ven varias lámparas trabajadas con la luz encendida y otros objetos en la pared. En la foto se ve al alcalde Federico Cabezuelo, al profesor Moreno y a Robustiano Rodríguez, que había sido alcalde entre 1957 y 1966, de espaldas. También está Joaquin Quijano, cronista y periodista local, además de, al menos, un agente de la Guardia Civil. En el cartel que hay en la pared puede leerse: “VILLAPALACIOS. Exposición forja, aceite, caza”. Y a la derecha: “Manufacturas de mimbre y medula, Curso PPO”.   

 

 

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Maria Medina y Soledad Marín, vestidas de serranas, en la exposición celebrada en Alcaraz para mostrar las producciones realizadas durante el curso de manipulación del mimbre, como los dos costureros que se ven en la imagen y un molino, del que se ven un par de aspas. / FOTO PROPIEDAD DE MARIA MEDINA MONTAÑÉS.

 

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Soledad Marín, en otra de las imágenes de ese mismo día de Alcaraz, rodeada de algunas de las autoridades locales de Villapalacios. Como el alcalde Federico Cabezuelo, el maestro del curso, señor Moreno, Robustiano Rodríguez, que había sido alcalde entre 1957 y 1966, de espaldas y a Joaquin Quijano, cronista y periodista local. / FOTO PROPIEDAD DE SOLEDAD MARÍN publicada en el grupo de Facebook El Hoyón al Ciento y del Hueco a Matacenillas, el 6 de diciembre de 2019.


María acabó su curso en agosto de 1969. Y muy pronto comenzó a trabajar en la casa del médico. “Estuve sirviendo dos años con don Salvador y doña Clotilde. Me casé con 26 años, a finales de 1971 y al día siguiente me trasladé a Valencia”.

Ahora, al recordar estos cursos asegura que:

“Nos decían que algún día podríamos lograr tener un trabajo y ganarnos la vida. Y lo hacíamos con esa ilusión. Pero nunca nos dijeron que pondrían una empresa allí en el pueblo, de hecho, cuando yo me enteré porque yo vivía yo aquí, me quedé un poco sorprendida. 

Se refiere a lo que en Villapalacios se conoce popularmente como “los canastos”; en el que trabajó casi todo el pueblo desde la década de los años 70 del siglo XX.

Como su hermana Caridad Medina Montañés. “Dejé el colegio con 14 años y comencé a trabajar allí, alrededor de 1973, en la antigua cooperativa del aceite de Gregorio Resta que luego compró ‘el Nene de la Anselma”, un enorme edificio situado en la actual calle del Depósito.

“Íbamos a trabajar a diario unas 60 mujeres, todas solteras; no sé por qué, porque las casadas también trabajaban; pero en sus casas”. Cari asegura que a ella no le dieron ningún curso, sino que las mujeres que levaban allí más tiempo le enseñaron y ella hizo lo mismo a las que iban llegando.

En los canastos no se hacían ninguno de los productos que habían ensañado en los cursos; solo se forraban garrafas, de diferentes tamaños, de cristal. “La forrábamos toda entera y le hacíamos un asa. Nos pagaban por pieza. Muy poco. No lo recuerdo bien, pero céntimos por cada una. Podíamos hacer unas 40 o 50 al día. Había algunas mujeres que llegaban a ganar 1.000 pesetas mensuales, pero eran muy pocas”.

Cari recuerda que en el edificio donde trabajaban había unas bañeras en las que se introducía la fibra vegetal para que ablandarla y así poder trabajarla. “En ese momento no había agua en las casas, pero allí sí, supongo que porque había sido la cooperativa del aceite. También recuerdo el intenso olor a jamila; al que te acababas acostumbrando pese a lo desagradable que era ”. (12)

 

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Gavillas de mimbre preparadas para comenzar a tejerlo y crear diferentes recipientes.

 

Era un trabajo en el que todo el mundo colaboraba. “Me llevaba el mimbre remojado y blando en bolsas o sacos para que no perdieran la humedad. Mi padre Florencio me hacía en casa los culos, en los que metían las guías, y yo me los llevaba ya preparados cada día. Una vez allí, cogía la garrafa, la metía dentro y la acababa de forrar con las “tiritas”, el mimbre natural plano. Eso hacía que me cundiera más y al final me pagaran más. Todas hacíamos lo mismo”.

Cari recuerda lo duro que era. “Utilizábamos una especie de tijeras de poder y unos guantes, como de goma o de espuma, porque las manos se hacían polvo”.

También que las que trabajaban en casa venían a por las garrafas en las carretillas en las que se llevaban los cántaros a por agua al pilón y luego las devolvían, igual, pero ya forradas. “Cuando llegaban los camiones, casi siempre de noche o a primera hora del día, muy temprano, nos hacían hacer turnos para cargar y descargarlos”.

A Cari no le pagaba nadie de la empresa, a la que asegura desconocer incluso el nombre: “la responsable de llevar las cuentas de lo que hacíamos era ‘la Sole del ganga’ [Soledad López]. Anotaba las que hacíamos cada día y nos pagaba a final de mes”.

Durante los años que trabajo Cari y todas las mujeres de Villapalacios tuvieron un ingreso extra; pero ella lamenta que trabajaran en aquellas condiciones y sin asegurar: “Trabajábamos con la puerta siempre cerrada”.

Será por eso por lo que, a diferencia de los cursos, de los canastos no hemos podido localizar fotos que recuerde esta actividad.

Con los años, los canastos dieron paso a otra actividad: la costura de pantalones en diferentes talleres que se instalaron también en Villapalacios y en localidades cercanas como en Albaladejo (Ciudad Real) y en Salobre, en el que las mujeres iban allí a coser o se llevaban la faena a casa. Caridad Medina también trabajo en varios de ellos: “Eran vaqueros de la marca Blueberry y se vendían en El Corte Inglés. Tampoco me aseguraron. La primera vez que trabajé asegurada fue cuando me vine a vivir a Mallorca y comencé a trabajar en los hoteles”.

 

REFERENCIAS:

(1). El Programa Nacional de Promoción Profesional Obrera fue establecido por el Ministerio de Trabajo en abril de 1964, y en Castilla-La Mancha estuvo activo 12 años: desde 1966 hasta 1978, momento en el que se integró en el INEM. Hasta 1982 fueron 1.254 cursos impartidos -sobre todo de tractorista (418), viticultura (108), promoción de la mujer rural (107), enología (99) y fruticultura (88)- a los que asistieron un total de 21.062 alumnos. Cursos de manipulador mimbre se hicieron solo 36 en los que participaron 515 alumnos en toda la comunidad. José Cardona Andújar, Formación profesional agraria. Actividades del INEM-PPO en Castilla-La Mancha (1968-1982). Alcalibre. Revista Centro Asociado a la UNED, 6, 2006. pp. 171-200

(2). Memoria referente a las realizaciones, así como a los proyectos y aspiraciones de esta corporación municipal, Villapalacios, junio de 1969. Archivo Municipal de Villapalacios. Informes y memorias del Ayuntamiento de Villapalacios

(3). Informe que emite el Jefe Local y alcalde de Villapalacios, Villapalacios, 15 de junio de 1971. Archivo Municipal de Villapalacios, Informes y memorias del Ayuntamiento de Villapalacios.

(4). También se dice que el año anterior, de 1970, se organizó otro curso de perfeccionamiento sobre mejora ganadera al que asistieron varios propietarios de ganado de este pueblo

(5). Informe del alcalde y jefe local del movimiento, emitido en la VII Asamblea Provincial de autoridades y mandos, celebrada el 1, 2 y 3 de diciembre de 1972, Archivo Municipal de Villapalacios. Actas y memorias

(6). José Vicente Pretel Garrido, Los dos cines María Cristina de Villapalacios, en la web Historia de Villapalacios, consultada el 7 de marzo de 2023.

(7). Ese mismo día el gobernador civil concedió al concejal don Federico cabezuelo Fernández la medalla de la Juventud que le fue concedida por la delegación nacional de juventudes por el mérito contraído al frente de la delegación local de juventudes de este pueblo. Acta reunión municipal 28 de octubre de 1961. Actas municipales de Villapalacios, 1961-1966, p. 10.  Archivo Municipal de Villapalacios.

(8). En realidad, fue una ampliación de la Biblioteca Pública Municipal, que se había trasladado a la planta alta del Ayuntamiento, en las dependencias donde estaba hasta ese momento la Hermandad de Labradores, cambiándose todo el mobiliario.

(9). Las cinco calles eran las de Condes de Paredes, Quevedo, Cervantes, Donoso Cortes (actual calle de la Plaza) y Calvo Sotelo (Ojeado) “por cuyas obras nuestra primera autoridad se congratuló grandemente y por nuestra parte también debemos sentirnos orgullosos de las mejoras que se van consiguiendo para bien de nuestro pueblo”, se dijo ese día

(10). Acta reunión municipal del 26 de agosto de 1961. Actas municipales de Villapalacios, 1966-1970, p. 75.  Archivo Municipal de Villapalacios.

(11). Acta reunión municipal 23 de febrero de 1970. Actas municipales de Villapalacios, 1961-1966, p. 10.  Archivo Municipal de Villapalacios.

(12). Jámila, con acento en la ‘a’, o alpechín, es un líquido oscuro y fétido que sale de las aceitunas cuando están apiladas antes de la molienda, y cuando, al extraer el aceite, se las exprime con auxilio del agua hirviendo

 

 

 

 

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