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Por José Ángel Montañés Bermúdez.
Historia de Villapalacios. Imágenes.
Reloj de la casa parroquial de Villapalacios
En una de las paredes situadas en el patio interior de la casa parroquial de Villapalacios hay un reloj. Se trata de un elemento cuadrangular de piedra calcárea rosácea de un metro cuadrado de tamaño aproximadamente. Allí está desde el año 2007, cuando el párroco Florentino Andreu (1994-2012), encontró unas piedras enterradas en la parte posterior de su casa y comprobó que se podían reconstruir.
No tenemos indicio alguno de cuál debió ser su lugar de origen de esta esfera de reloj. Sin embargo, es muy probable que, como ocurre con otros objetos encontrados en este patio: el escudo que hay en la fachada de la iglesia y varios elementos arquitectónicos, como cornisas y columnas, perteneciera a la iglesia y que en algún momento fuera trasladado allí.
Como se aprecia en la imagen, el reloj presenta dos circunferencias concéntricas que contienen la numeración romana de la cual aún se conservan casi todos los números (sólo han desaparecido totalmente el "VIII" y el "X") y presenta la peculiaridad de tener escrito el 4 como IIII.
Entre los números, unas pequeñas señales marcarían las medias horas. Ha desaparecido toda la parte central de la piedra, por lo que no sabemos como era, y si las líneas horarias nacen en un círculo que rodea el polo o de un punto central.
Destacan en las esquinas cuatro formas geométricas a modo de flor de lis, de las cuales la inferior izquierda ha desaparecido casi por completo. No parece que el reloj marcara las estaciones del año, ni que su autor pusiera la fecha de realización del mismo, como ocurre en muchos otros casos, y que nos habría ayudado a contextualizarlo.
Reconstrucción hipotética de cómo sería el reloj.
COMENTARIO:
En un principio pensamos que se trataba de un reloj de sol, y así apareció en esta web durante unos meses. Pero pronto alguien nos hizo ver que estábamos en un error, y que no podía ser que el reloj solar tuviera una circunferencia completa, porque el Sol no puede hacer ese recorrido. Debía de tratarse entonces de un reloj que utilizaría un mecanismo mecánico.
En otro capítulo hemos hablado del reloj que funciona, desde 1950, en el edificio de la casa consistorial del Ayuntamiento. Este tenía que ser otro artefacto que funcionó con anterioridad en la población. Hemos buscado información pero, por ahora, no hemos encontrado nada más que una pequeña referencia en un texto del siglo XVI, en concreto en uno fechado a 1 de noviembre de 1594.
El documento está recogido en el Libro de Actas I (1585-1612) de propiedad particular, que recopila las primeras actas municipales conservadas del municipio. En el folio 68, el documento que comienza con el título:
El maestro de escuela Andrés García pide al concejo 12 ducados por la enseñanza y 8 por tocar a queda y regir el reloj de la Villa, se habla de varios acuerdos adoptados ese día. Ya dentro del texto, nuestro gozo en un pozo, sólo se nos informa de que los regidores reunidos acordaron pagar menos cantidad que la solicitada: tres mil maravedís por enseñar a leer y dos mil por ocuparse del reloj. Nada más.
En todo caso sabemos de la existencia de un reloj a finales del siglo XVI en la población, que podía corresponder con el que se ha conservado en casa del párroco actual.
Varias preguntas nos asaltan: ¿Dónde estaría situado?, ¿en el ayuntamiento, y por eso se encargan de controlar su mantenimiento los regidores?, ¿quizá estaba en la torre de la iglesia?, ¿en qué momentos el reloj fue arrancado de la pared donde seguro estuvo empotrado?, ¿cómo fue a parar a la casa del párroco?
Muchas preguntas sin respuesta por ahora. En todo caso aplaudimos el trabajo de recuperación realizado por Florentino Andreu que le ha devuelto a este montón de piedras un aspecto aproximado al que tuvo en su día.
Desde aquí proponemos que se estudie el encontrar un emplazamiento más visible. No sería descabellado que el reloj acabara en una fachada exterior y que se convirtiera en un elemento más que hablara del pasado de esta localidad.